Los electrolitos no deben mezclarse, ya que son química y electroquímicamente incompatibles. En particular, los electrolitos alcalinos y ácidos no deben combinarse, ya que sus diferentes niveles de pH pueden provocar reacciones no deseadas, como la precipitación de metales u otras sustancias. Esto hace que el electrolito sea inutilizable y puede generar recubrimientos defectuosos o irregulares.
Tampoco es posible mezclar diferentes electrolitos metálicos. Por ejemplo, los electrolitos de cobre y zinc no pueden simplemente combinarse para depositar latón. Los iones metálicos se comportan de manera diferente en la solución, impidiendo la formación de una aleación uniforme.
Además, los aditivos en los electrolitos están formulados específicamente para un pH y un tipo de electrolito determinados. Al mezclarlos, pierden su eficacia y el electrolito pierde sus propiedades originales.