Si la pasivación después del galvanizado es necesaria depende del propósito de uso y los requisitos específicos.
No siempre es estrictamente necesaria
Para muchas aplicaciones estándar, una capa de zinc puro (por ejemplo, mediante galvanizado en caliente o galvanizado electrolítico) es suficiente para proporcionar una protección básica contra la corrosión. En particular, en piezas que no están expuestas a exigencias estéticas o de resistencia a la corrosión especialmente altas, a menudo se prescinde de la pasivación.
Ventajas de la pasivación
- Protección adicional contra la corrosión: La pasivación (por ejemplo, cromatado en diferentes colores, fosfatado, etc.) crea una capa protectora adicional que evita la oxidación del zinc subyacente y prolonga su vida útil.
- Mejor apariencia estética: Las superficies pasivadas pueden mejorar visualmente según el proceso utilizado (azul, amarillo, negro, etc.).
- Reducción del óxido blanco: En superficies recién galvanizadas puede aparecer "óxido blanco" cuando están expuestas a la humedad o al agua condensada. La pasivación reduce este riesgo.
Requisitos específicos
Para piezas expuestas a condiciones ambientales extremas (por ejemplo, niebla salina, alta humedad o productos químicos agresivos) o que requieren una estética definida (como en la industria automotriz o en aplicaciones decorativas), la pasivación o cromatación suele ser recomendable o incluso obligatoria.
Conclusión
La pasivación después del galvanizado no es obligatoria en todos los casos, pero ofrece claras ventajas en términos de protección contra la corrosión y apariencia estética. Su necesidad depende de las condiciones de uso y los requisitos de calidad específicos.